Que si, que igual tengo unos gustos un poco raros, pero la verdad es que para mi hay pocos placeres comparables a dar un paseo por una amplia playa desierta. Es un placer sencillo pero no siempre fácil de satisfacer y si vives en Madrid, como yo, resulta simplemente un sueño recurrente para esos días difíciles de llevar, esos a los que yo llamo “días con nube”, que todos tenemos aunque unos con más frecuencia que otros (¡ups!).
Ahora que estamos en el inicio del invierno, fuera de la habitual temporada playera del verano hispano – peninsular, considero un lujo absoluto poder regalarse unos paseos playeros disfrutando de una temperatura agradable. Un espacio perfecto para ello es la Playa de Sotavento en Fuerteventura, un lugar al que recientemente viajé para pasar unos días después de varios años de ausencia. Poco había cambiado: paisajes desérticos, viento (a veces demasiado), dunas, garzas o correlimos que te acompañan en el paseo, ardillas morunas en la playa (¡¡ardillas en la playa!!)…paz, relax y tranquilidad total.